Eran las cinco de la mañana y aun se me era difícil conciliar el sueño. La ventana con grandes aberturas en su cristal, permitia que el viento entrara y se refugiara en mi. Una pequeña sabana cubría mi cuerpo desnudo, que intentaba huir del frío, del dolor, de la espesa y oscura noche de aquel 7 de septiembre.
Sentí que mi piel se estremeció una vez más cuando alguien lanzo algo por la ventana haciendo lo caer a un lado de un viejo y ruidoso sillón. Quite la sabana, puse mis pies sobre el suelo húmedo, intente ponerme se puede hacer una de pie, pero mis piernas amenazaron con no 0. Quise intentarlo una vez más, estaba vez reuní las pocas fuerzas que me quedaban para alcanzar aquel objeto, camine hasta el sillón, me senté a su lado y agarre el pequeño objeto.
Cientos de lágrimas amenazaban con salir de mis párpados, acaso era un sueño, acaso estaba loca, por Dios esto no podía estar sucediendo.
No, no, y no!
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho?
Dinero, fama, éxito..
O tal vez... ¿nuestra propia vida?
Fiorella se perdió por darle todo a Patrick,
Patrick perdio a Fiorrella por quererlo todo..