Esa mañana, Pacifica había planeado todo para que el primer día de su nueva vida fuese perfecto, hasta lo había cronometrado. Unas horas después, lo único que podía pensar era que tenía calor, su corazón debía estar apunto de explotar porque no dejaba de latir y... ¿Por qué Dipper estaban tan cerca? ¿Por qué habían dejado de discutir deportivamente? ¿Por qué él no decía nada? No debía ser sano que dos personas estuviesen tan cerca, si había sido peligroso hablar de esa manera, era mucho peor estar completamente callados ¿Por qué él tendía a sonreírle cuando ella lo amenazaba? Ese era su primer día, debía ser perfecto. No un caos interno por culpa de Dipper.