Rebecca sabía en donde se estaba metiendo. Sabía que las cosas iban a terminar mal, sabía que iba a acabar con un corazón en mil pedazos. Pero Becca ama cruzar límites. Y ella lo amaba. ¿Valía la pena? ¿Perder a una amiga por un chico, o perder a un chico por una amiga? ¿No se puede tener ambos? Para becca, esa no era una opción. Y ella no iba a ser la tercera rueda.