Por fuera lloramos, pero por dentro sabemos que esta tristeza es falsa, es parte del maldito código de comportamiento con el que nos configuraron desde chicos. Con cada despedida sentimos esta mierda en el pecho, porque estamos educados a idealizar lo que ya no tenemos. No entendemos que aunque las etapas terminen y te desgarren, las despedidas son también un nuevo comienzo. Hoy me veo triste, pero la verdad es actuado, porque tengo la certeza de que mañana estaré sonriendo con alguien más. Aunque nuestro tiempo se acabe, el planeta sigue lleno de gente y sé que por eso eventualmente viviré algo tan único como lo nuestro con otra persona ¿por qué no festejar que nos liberamos de nosotros, para abrazar el nuevo mundo que nos espera? Quizás suene insensible, pero no puedes negar que lo que se va, siempre deja espacio para algo más ¿no crees que tendríamos que sonreír, en lugar de sentir esta mierda en el corazón? .