Los dos somos desastres naturales. Tú, una erupción volcánica con la cabeza caliente, quemaduras de cigarrillos e inestabilidad. Guardando tantas cosas dentro de ti. No puedo culparte por las formas en las que intentas dejarlo salir. Yo, un huracán, con el corazón y los huesos fríos, Una nómada, llendome antes de que me abandonen y dejando tras de sí una estela de devastación. El caos y la calma en conjunto. Me encantaría chocar contigo, para crear una tormenta perfecta, de todo lo que somos.