Vaqueros negros, camisa blanca, entras a la habitación y sabes que haces arder mis ojos. Él era como Billy Loomis, seguro. Estaba tan segura que él era tan descarado como la muerte, y enfermizo como el cáncer. Pero me quedas mejor que mi sudadera favorita. Eso fue lo que pensé de London Parker. London es el chico del cuál me enamoré, también el chico el cual odie. Y London me enseñó también que el amor es mezquino y el amor duele, pero todavía recuerdo aquel día en enero en que nos conocimos. Advertencia: Esta historia la publique hace unos años y la estoy editando así que ya saben que contiene muchos errores.All Rights Reserved