Fueron millones de sorpresas ese día, millones de cosas en las que pensar y que aceptar. Atsushi se sentía engañado, realmente defraudado, jamás esperó enterarse que su cerecita y el pelinegro mantenían ese tipo de relación, mucho menos esperó verlo en ese dvd. Como era posible que pudiera sentirse tan celoso, como era posible que después de tantos años, alguien se estuviera llevando a pelirrojo, a su regalo más preciado. A veces solo te queda resignarte, por la felicidad de quien amas. MuraAka Mención HimuIzu Día 23, de la convocatoria MuraAka (celos)Todos los derechos reservados
1 parte