No es la típica, gastada y demasiado explotada, historia de la secretaria y su jefe. No. Esta es distinta.
Él, Darrell Pierce, lo es todo. El presidente y único propietario de una de las compañías más exitosas e influyentes del país. Inteligente, determinado, atractivo, seductor, misterioso y por último, el peor de los jefes.
Ella, Addy Collins, una chica creativa. Más perspicaz de lo que aparenta, segura de si misma, agradable, graciosa, seria cuando es necesario y muy entusiasta. Todo esto, aunque su jefe es el mismísimo demonio.