En la cotidianidad de la vida te vas dando cuenta como la monotonía absorbe todas tus metas, aquellas que de niña esperabas que se cumplieran, pero ahora la realidad te demuestra que nada es sencillo. Por ello recuerda, recuerda tus esperanzas y temores, recuerda aquel tiempo que mirabas en las estrellas esperando una fugaz para desear tu felicidad, recuerda quién eres y no quién debes ser