Esta historia será un poco rara y, tal vez hasta simple, pues lo que voy a escribir lo escribiré como yo y no como algún otro (queriendo decir a que disfrazaré mi historia cambiando sus elementos a mi antojo), por lo que pido humildemente que lo lean hasta el final. Dicho esto, empezaré presentando mi mundo, el mundo de mis pensamientos y emociones, el mundo de las ideas o como quieran llamarlo. Este mundo empezó hace aproximadamente 19 años, junto con un ser humano, el cual soy yo. En los años siguientes este mundo comenzó a llenarse de información y tal vez ideas (no puedo decirlo con claridad porque, obviamente, no recuerdo), por lo que este pequeño mundo comenzó a crecer junto con su compañero (yo). El pequeño compañero fue creciendo y entendiendo, haciendo que el mundo tomara forma y comenzaran a crearse pequeñas leyes y tendencias de éste. El pequeño compañero ya no era tan pequeño cuando pudo darse cuenta que el mundo se había creado por su conocimiento de las cosas y que podía acceder a él sólo dejando el mundo material, por lo que se decidió (bueno, decidí a la edad de 10 años) llamar el mundo material en el mundo diario (por el hecho del diario vivir) y el otro mundo, el de las ideas, el mundo espontáneo (ya que era una palabra que la encontraba interesante). El no tan pequeño compañero del mundo espontáneo le gustaba vivir en él, ya que es muy divertido no tener las limitaciones del mundo diario, además de que se puede aprender de los dos. En los últimos años, el no tan pequeño compañero del mundo espontáneo logró darse cuenta de que el mundo espontáneo estaba tomando una forma parecida al mundo diario, ya que en el mundo espontáneo ya no se convivía sólo con palabras, números y colores, sino que ahora había suelo, lugares, puertas, cosas, y tal vez personas. Parecía muy raro como cambiaba todo en tan poco tiempo, pero luego el no tan pequeño compañero del mundo espontáneo recordaba que el mundo diario es eAll Rights Reserved
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