Observó todo a su alrededor en la cafetería y nada la inspiraba. Ni siquiera el cielo en el cual parecía que el sol y la lluvia libraban una batalla, ni la música, ni el olor a café. Pero miró hacia el frente y ahí estaba, su inspiración, una esencia perfecta sobre la cual escribir. Sin saber que se convertiría en algo más que sus palabras. Y la otra la observó de manera disimulada. Era perfecto, un perfil perfecto para poner sobre el lienzo. Ambas se encontraron sin saber que se rompería más de un solo corazón y se derramaría algo más que simple tinta. "Era perfecta para utilizar incluso la más preciada tinta" Inició: 28/06/2017
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