Dígame, ¿alguna vez se ha interesado por la vida de alguna de sus víctimas?
Angie, sí.
Tras la muerte de su padre, Angie no tuvo más remedio que sacar a su familia adelante ella sola siguiendo sus mismos pasos como ladrón profesional.
Lamentablemente, la crisis tampoco la ayudó. Los beneficios de la población activa disminuyeron, al igual que lo hicieron los de Angie, quien apenas tenía para alimentarse una sola vez al día.
Tras bastante tiempo estudiando la casa del hombre más rico de la ciudad en la que ella vive, Angie decide ir a por su caja fuerte.
Sin embargo, encuentra algo, o más bien dicho, alguien, que ella no esperaba.
[FINALIZADA]