Rubia y con 4 kg, ni muy bonita ni muy fea, ojos... Azules? Grises? Verdes?... Da igual; claros, como la piel.
Española ceutí, de familia "clase media baja"; 2 padres, 4 abuelos y un hermano. 0 perros, hasta los 18... y un gato a los 28.
Quejica, parlanchina, sensible, risueña, creativa, inteligente, romántica, disléxica, apasionada, enamoradiza. Gordita, torpe y lenta, cabezota, pazguata, buena en mates, mala en lengua; amante de las artes plásticas e interpretativas, del patinaje, la danza, la gimnasia rítmica y los juegos de lógica.
Con poderes... Mejor dicho, con súperpoderes.
Rechazada, solitaria, angustiada, insultada, apartada, no querida, no abrazada...
Sin amigos... sin amigos de verdad. Realmente sola, apartada y recluida. Odiada y envidiada; sola con juguetes, sola sin juguetes, juguetes rotos, juguetes perdidos, juguetes nunca encontrados, juguetes nunca recibidos...
Desde lo alto de una ventana la princesa está triste, qué tendrá la princesa? Los lamentos se escapan por su boca de fresa pero nadie los oye... Nadie.
Y si la gorda deja de ser gorda no importa, y si la gorda se echa novio no importa, y si la gorda se echa novia no importa, desaparece y no importa... No importa.
No importa si mi perro muere, si mi abuela muere o si mi alma muere... Porque mi cuerpo lo habita una gorda, un gorda invisible que me devora y consume; que me lleva hasta el éxtasis para dejarme caer... Y no hay nadie ahí abajo a quien quiera parecerme, no señor, no, no y no. Preferible es volar y caer, a bajar por mi propio pie. Digna... muy digna.
Y si nadie más que yo misma siente la pérdida de esa niña, yo lloraré por todos ellos, pues no olvido la promesa que le hice y he roto.
La dejé morir pues. Yo, la única a la que se hizo responsable de su cuidado, la dejó morir abandonada y sola, abandonada y mal cuidada... Triste, desamparada y hundida.
La princesa está triste, qué tendrá la princesa, sus últimos suspiros se escapan de su boca de fresa.
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".