Sophia Smith. - Siempre pensé que después de todo lo que pasaba en mi vida, cambiaría. Es decir pensé que después del divorcio de mis padres simplemente pasaría y que papá y mamá se darían cuenta que se amaban y todo regresaría a la normalidad ... pero no, no fue así. Mi madre y yo acabamos de mudarnos a Los Ángeles después de el engaño de papá, mamá no quería saber nada mas de él y al contrario de ella, yo si. Es decir es mi padre, el que de alguna manera me dio también la vida. Absolutamente extraño tantas cosas de Washington; como a la escuela que iba, los amigos que tenía e incluso hasta mi profesor de matemáticas el cual tenia un trasero enorme, era hermoso. El lugar donde ahora me encontraba era mi nueva habitación, tengo que admitir que era enorme y las paredes estaban perfectamente pintadas de un color blanco con algunos detalles morados. Lo mejor de vivir en esta casa era que enfrente había una cafetería, yo amo el café y lo que lo hace aun mejor es que hay una librería, la cual no está muy lejos, la noté cuando venía en el auto con mamá. Estaba lloviendo a chorros, así que no podía salir a explorar mi nuevo vecindario, quizás mañana u otro día se me dé la oportunidad... Me emocionaba la idea de empezar de cero, sin problemas o el simple hecho de que ya no escucharía a mis padres discutir por horas. A veces solo me iba a la ventana de mi vieja habitación a escuchar música con mis audífonos que sonaban perfectamente al subirle todo el volumen a mi iPod. Ya eran casi las 10:30p.m. y estaba muy cansada. Con una sonrisa en mi rostro caminé hasta mi gran y suave cama y ahí estaba yo ahora, acostada y feliz.