Era un día frío, ella estaba sentada debajo de ese enorme árbol, leyendo un libro. Sus ojos estaba llenos de un brillo único, era ese brillo que tenemos cuando vemos algo que realmente amamos, ese brillo que hace especial a las personas. Recuerdo que dolía, recuerdo verla con su cabello perfectamente despeinado, con sus enormes ojos azules. Desde ese día supe que todo iba a cambiar, sabía que ella lo iba a cambiar todo.