Cecily Rogers ha esperado por conocer a su prometido desde que era una niña. Él Joven William Benet; guapo, con estudios, adinerado, de buena familia. Sus familias así lo habían jurado, Cecily y Will se casarían al cumplir la edad adecuada. Todo seria perfecto. La boda seria preciosa. Los novios se enamorarían a primera vista. Su matrimonio seria feliz, y envidiable. Lleno de hijos y amor. Sin embargo... Todas las expectativas se rompen contra el suelo el día de la boda. William le deja bien claras sus intenciones a la joven; aquello no será un matrimonio feliz. No sera un matrimonio en absoluto.No tendrán intimidad. Nunca se enamorara de ella. Nunca la tocara. Cecily, sin intención de rendirse, emprende una batalla por enamorarle. Por entrar en su corazón. Porqué cómo muy bien le dicen todos, el amor ya vendrá.