DONDE ME LLEVE EL VIENTO

Sheila es una soñadora.

Odia el mundo real, ya que le parece absurdo y aburrido.

Casi tan absurdo como no hacer cosas porque no hay dinero, dinero que los humanos hemos creado.

Ella no quiere estudiar algo decente, para tener una vida decente, y vivir en una família decente.

Lo que quiere no es fácil. Debería serlo.

Quiere ser libre.

Por desgracia o por fortuna, Sheila tiene poca paciencia.

De verdad que lo ha intentado, pero esperar no se le da bien.

Está harta de esperar a que su vida de un vuelco inesperado, y sus sueños se hagan realidad.

A su manera, ha aceptado que los cuentos no són reales.

El destino no está escrito, al fin y al cabo.

Ahora le toca a ella.

Si su vida no va a dar un fortuïto cambio por arte de magia, ella va a tener que cambiarla.

No puede seguir quieta, no con un mundo que la espera a ella, impaciente porque llegue alguien con la seguridad de que todo se puede cambiar.

¿Para qué esperar a los dieciocho?