Nuestra forma de querernos es diferente. A veces siento que me gusta, a veces lo odio con todas mis fuerzas, pero ¿cómo no hacerlo? es muy vanidoso el idiota.
Él me toca cuando quiere, me quiere "hacer suya" a toda costa, me lo dice siempre y en todo lugar y no lo hace muy discretamente. Me besa, me contradice, siempre me contradice, es que... ¡por Dios! Lo odio.
Aunque me ha dicho que me quiere, que está realmente enamorado de mí, yo no le creo, él es un mujeriego que es capaz de decir cualquier cosa.
En resumen esta clase de "amor" es de esos complicados, donde no existe un príncipe azul, sino un chico real, que tiene de problemático lo que tiene de atractivo.