Y aquí estaba yo, en la sala sentada frente a frente de mi padre y mi madre. Ellos se veían un poco nerviosos, y yo solo los miraba. Fruncí mi ceño y los miré expectante, lo que los puso un poco más nerviosos. -Y... ¿qué es lo que me tienen que decir? Llevo al menos unos 10 minutos esperando a que dejen su nerviosismo- les dije lo más calmada que pude. Después de que me dijeran semejante cosa, abrí más mis ojos y los miré sorprendida. Pensaba que era una noticia de un hermanito o hermanita... Pero, esto sí que me llegó de sorpresa, suspiré y me recargué del sillón.