Todos nacemos con un propósito de vida, bien sea sufrir para hacerles ver a los demás qué son felices o simplemente para hacerles la ilusión a tus padres con un bebé; finalmente todos al cumplir nuestro propósito de vida morimos, no importa nuestra edad, no importa el momento, no importa nada... simplemente dejamos de existir.
Tres vidas venían en camino al mundo, cada una de ésas vidas amada y realmente anhelada por sus padres y familias... pero no todo era tan bueno cómo parecía, éstos pequeños tenían prohibido indirectamente, nacer.
Generaciones condenadas, limitadas a vivir bajo la oscuridad de sus hogares.
Una madre que divide su corazón en varios trozos que nunca volverán a unirse.
Vivirán rodeados de amor, cariño, amigos y calor hogareño; sin embargo, la vida los hará enfrentarse e intentar superar dificultades, muertes, depresión y tristezas...
¿Les dirán la verdad desde un principio, o sucederá algo que los hará verse forzados a confesar todo?
Esta es la historia de Heller, Viveka y Galiano
Tres vidas con distintos destinos, pero algo en común...
Cumplir sus propósitos de vida e intentar ser felices en el intento.
.Enseñar a amar al amor de su vida, sin ser amada...
.Hacerles ver lo bonito de la vida a quienes no la apreciaban...
.Arreglar errores pasados y vivir para contar ésta historia...
Yo soy Heller y les contaré la historia de tres mejores amigos separados a la fuerza.
¿Puede una chica romántica y delicada enamorarse de alguien tan ruda como Lynn Loud? Issabella Abrams era esa chica: amante del color rosa, del maquillaje, la poesía, y de las historias de amor. Todo lo contrario a Lynn Loud, quien prefería la acción, los deportes y no se preocupaba demasiado por lo sentimental.
A pesar de sus diferencias, había algo en Lynn que atraía a Issabella. Tal vez era su valentía o su determinación, o quizás el hecho de que Lynn no temía ser exactamente quien era. Mientras que Lynn también sentía cierto interés en Issabella, no entendía como no podía tentarse en ganar y ser la número uno, veía que ella era como una suave brisa que acariciaba el rostro hasta de quien no merecía con dulzura, dulzura que raramente a Lynn le encantaba.