Nunca supe como empezó. Si era mi constante preocupación sobre cualquier situación o problema. Las infinitas horas que pasaba juzgando mi aspecto. Todos los días, todas las noches sollozando después de un buen día. Mi imaginación acerca de mi vida que, nunca pasarían. Mis cambios de humor al contradecirme. Mis ilusiones, mis deseos. El orden de mi vida y el desorden. Mis mejillas rojas al llorar, o aguantar emociones. Yo, mis mejillas rojas y mi ansiedad. ©por: lucieernagaAll Rights Reserved
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