El caballero negro y la doncella blanca

Ella era una chica excepcional.
Ella era como un huracán que arrasaba con todo a su paso...
Su ser por completo podía ser comparado con el fuego, ardiente, brillante, hermosa y enigmática...
Era tan bella que no podía ser real...
Si algo fuese cercano a la perfección esa sin duda alguna era ella...
Pero algún defecto tenía que poseer, un pequeño y minúsculo defecto que cambiaba drásticamente la jugada.
Ella estaba muerta, fría, cruel y dolorosamente muerta, convirtiéndola en un objetivo imposible.
Una adolecente atractiva, única, agraciada y maravillosamente encantadora, el sueño de todo hombre, pero al fin y al cabo un fantasma que vagaba entre la sociedad sin otro lugar al cual pertenecer, una simple, común y lúgubre fantasma.
Y yo estaba completamente seguro que no había nada que pudiese hacer contra eso.
O al menos eso es lo que creía...