Desde que la señora Bourgeois ha estado en la alcaldía, dejó a su hija, Chloe Bourgeois, en manos de la señora Agreste, pero al cuidar a los dos, gritos y lloriqueos se escuchan por toda la mansión, sin embargo, algo que los hace sentirse mejor es ver a la señora Agreste sonreír, mientras que a Chloe, lo que la calma es la sonrisa y las risas de su compañero de juegos, y al pasar los años que van creciendo, desarrollan un amor mutuo a pesar de que Chloe está con un corazón roto.