Para Albert la monotonía era inevitable y asfixiante pero no actuaba para cambiar eso. Ignoraba la importancia de las pequeñas cosas y quería cambiarlo todo tan fácilmente como suspirar. No se percató que todo lo que conocía iba a cambiar y que la vida de muchos dependería de sus decisiones. Después de verse envuelto en una guerra se daría cuenta que extrañaba más de lo que pensaba su antigua vida y que debía pelear incluso a morir para que todo volviera a la normalidad.