Finalmente ha llegado el día. Después de todo un año de búsqueda, se descubre la verdad. Para Luna y su familia representa mucho que asimilar; para Matteo, con quien lleva un tiempo saliendo, significa estar allí para su chica delivery; para Sharon es la oportunidad de recuperar el tiempo perdido y desenterrar esa espina que nunca deja de doler. Pero para Ámbar es otra amenaza a todo lo que conoce y ama, una reafirmación del insulto al reino que tanto le costó construir y el momento de aceptar que quizás, sólo quizás, ha estado equivocada.
Simplemente no puede creerlo. La chica a la que tanto subestimó al conocerla le ha robado cada cosa importante que posee... o que poseía. Le arrebató a su novio, su popularidad y el cariño de su madrina. Una de sus mejores amigas está saliendo con las sobras que Luna dejó, la otra está viviendo un cuento de hadas junto a un chico no tan irrelevante pero tampoco precisamente a su altura, los perdedores se convierten en estrellas. ¿Cómo podría esta situación empeorar? ¿Quizás un derrocamiento es lo que la reina de la pista necesita para recapacitar?
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