Pisando Fuerte

Solo tengo un recuerdo en mi cabeza ahora mismo: aquella tarde al lado de la camilla en la que mi padre se encontraba, lleno de tubos y de cables. Solo estábamos él y yo y lo único que se escuchaba era el sonido que emitía aquel odioso monitor que determinaba sus signos vitales. Todo iba bien hasta que el monitor empezó a emitir un pitido continuo. La habitación empezó a llenarse de médicos y a mi me echaron fuera. No sabía que hacer, mi madre había ido a hacer la compra para la casa y yo estaba sola, llorando, esperando noticias. Los médicos tardaban demasiado y mamá también. Después de diez minutos mi madre apareció por el pasillo de aquel hospital. Al verme supo que algo iba mal. Después de haberle contado lo que había pasado apareció un médico diciendo que mi padre había muerto. Cuatro años después aquí estoy, con casi veintidós años y una única pasión, las motos y él, Ethan Britt.