Helen Otis, un compañero que conocí en noveno grado. Al principio parecía un chico raro, pero con el paso del tiempo se volvió más abierto, al menos hacía mí. Había tantas cosas que amabamos en común: la pintura. Helen Otis, el chico que prefería pintar monocromo, el chico pacífico, el chico que no merecía ese trato, el chico del cual me enamoré. Helen Otis es mi pintor sangriento. ¿O debería decir "Bloody Painter"?
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