¿Alguna vez has sentido que tu corazón siempre decide por sí mismo a dónde ir? ¿Alguna vez has sentido cómo late sin tu permiso a ritmos distintos? ¿Has, incluso, sentido ese dolor involuntario al perder lo que más amas? Claro. La mente y él nunca fueron buenos amigos, sin embargo, pocos saben de ese verdadero duelo; yo lo averigüé. Me sucedió miles de veces, pero la vida me mandó encerrarme en mí mismo y acostumbrarme a no sentir en vano. Aquí comienza mi lucha contra el desorden y el caos mental, contra la muerte sentimental, el miedo a mí mismo... Aquí donde soy ceniza, me levanto a los labios que me soplaron de paginas viejas. Siempre se necesitó a alguien que fuese la catástrofe dentro del infierno y no te imaginas cómo es juntar a dos desahuciados locos y enamorados. ¿Voy a lograrlo? No te confundas, no soy el mejor al motivar, pero sí vas a morir conmigo a cada capítulo.