-¡Ya deja de mentirme!- Le grite harta de esta situación- Por una vez en tu maldita vida di la mierda de verdad que tienes para decir.- Seguí. Estaba furiosa, rompería su sexy rostro en este instante si el maldito no habla. Miraba a todas partes menos a mí. - Ian habla. No me interesa que seas súper fuerte, PATEARE TU CULO Y TE ROMPERÉ LA MADRE SI NO LO HACES, ASÍ QUE HABLA.- Estaba 1000000.9% segura que salía humo de mi cabeza y eso no era bueno. Yo era pacífica, pero por la putisima madre que si no habla le rompo la maldita cara. -Bien, ¿Que es lo que quieres de mi?- Dijo por fin girando su cuerpo hacia mí. No saben la cantidad de cosas super sucias que se me pasaron por la mente. Pero no. Phoebe concentrate, estás en medio de una discusión que tienes que ganar. -Quiero la verdad, quiero que me digas que mierda eres, y porque mierda estas aquí.- Eso es Phoebe, con furia. Chupate esa guapito. Me miró con un gesto de guaperas combinado con asesino serial y una pizca de ladrón de bancos. Sí, exactamente así como lo describo. -Considerame tu demonio de la guardia y ya. No es tan dificil. Y quita esa cara de enferma mental. No quiero hablar de eso ahora. -Me llega a la punta de la teta izquierda si no quieres hablar de esto. ¡Tú hablas porque hablas! Solo di la verdad y ya está, todo resuelto. No es tan difícil.- Orale, de donde saque toda esa furia. -Como mierda quieras. No digas que no te lo advertí. Soy... Soy...- Se que do en silencia un momento, cerró los ojos y medito. No entendía porque mierda tartamudeaba, esto era extraño, comenzaba a sentir más miedo que ira.- Habla de una vez.- Me miró y su gesto se hizo serio y con sus ojos clavados en los míos dijo: -Soy un demonio Phoebe.