Después de tres años de su mudanza a la ciudad de Wimbledon, Inglaterra, Scarlett ya no está dispuesta a seguir soportando el molesto e inaguantable comportamiento que Aiden ha tenido con ella desde que puso un pie en MacQuoid. Y Aiden, por su parte, no está dispuesto a dejarla en paz; siquiera sabiendo si alguna vez podrá.
Fuertes, seguros, transparentes y un poco rotos, pero sin dejar de pisar fuerte, Scarlett y Aiden nos enseñan su historia; una historia que está llena de personas increíbles, que van a demostrar que, a pesar de todas esas despedidas dolorosas, de las mentiras y de los reencuentros que han revuelto más de una herida, han podido ir hasta lo más profundo de ellos mismos para reconstruirse y seguir.
"Muchos vamos rotos por la vida, día a día luchando para encontrar la manera de volver a armar esa parte del rompecabezas que nos han destrozado. Otros aún no nos rompemos; simplemente vamos atajando golpes con la esperanza de que cuando estos paren, ninguno haya alcanzado a resquebrajarnos. Y sí, así funcionamos la mayoría, pero la cruda realidad para todos nosotros es esta: no nos hace falta más que una sola persona, un único ser que nos llegue hasta el alma, para dejarnos quebrar por completo".
Ella, es dulce, agradable y gentil.
El, el grosero, mal hablado y serio.
Ella, es luz.
El, es oscuridad.
Ella, ama la pastelería, libros y animales.
El, odia la cocina, le aburren los libros y no le agradan los animales.
Ella, va con una sonrisa a todos lados.
El, va con cara seria a todos lados.
Ella, es la única que logra sacarle una sonrisa.
El, solo le sonríe a ella.
Ella, es la nerd del instituto.
El, es el popular y bullying del instituto.
Quien diría que dos personas todo lo contraria llegaría a enamorarse.
Es verdad cuando dicen "te enamoras de la persona que no esperabas" y Liam y Natalie son el clave ejemplo de eso.