Reece Ericson, un millonario excentrico y auto declarado "El más grande perro de todos los tiempos", esta por descubrir de la peor manera posible que la vida y la muerte no son como el creía. Despues de que su desenfrenada y despreocupada vida decidiera pasarle por fin cuenta de cobro, el perro de perros es condenado a pasar su eternidad encerrado en una celda de el infierno por el pecado de "La lujuria". Reece, impulsado por su compañero de celda, decide hacer un trato con el demonio. Deberá vivir 6 meses en una relación monogama y entregarle su corazón a una -y solo a una- mujer, la vida que nunca pensó tener. ¿Las reglas del trato? Sencillo, si el gana se ira al cielo, si pierde su alma le pertenecera por siempre al demonio. No hay mucho que perder. Solo hay algo que Reece pasó por alto y que puede hacer la diferencia en todo este asunto: El diablo nunca juega limpio. En conclusión, Disney nos mintió por años, la verdad es que no todos perros van al cielo. Imagen p: Chiara B