-No, no te vayas, te necesito a mi lado -Suplique hasta que volteo a verme. -¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí, interrumpiendo mi vuelo? Su tono indiferente hizo estragos en mi cuerpo, ¿quién era para él? Una simple hetaira que pensó que porque iba a amar a alguien con tanta intensidad como a aquel hombre que destruyó su vida. -Por favor, Gonzalo, no me dejes. -Volví a suplicar. 《Como si te fuera a hacer caso》me decía aquella voz que solía tener razón. -Lo siento señorita, deje de atosigar a mi cliente o sino me vere obligado a llevarla a comisaría. -no podía hacerme esto, se iba y me dejaba, me dejaba como alguna vez me dejó ese desgraciado.