Él era un hombre que jamás deseo otra cosa que no fuese el amor y la estabilidad que una buena mujer era capaz de otorgar. Una mujer bondadosa que fuese capaz de brindarle paz y ese calor cuando apenas y tocara su mano. Siempre quiso tener una buena mujer al lado. De esas mujeres que te miran y te dedican una suave sonrisa junto con una afectiva mirada irradiando sensibilidad. Y la tuvo. Choi Seung Hyun había vivido feliz desde el momento en el que respondió al sacerdote con una afirmativa y había mirado a aquella mujer a los ojos y le había pronunciado con silenciosas palabras que la amaba. Se había consagrado a esa hermosa mujer, su esposa. Ueno Juri había sido todo para él. Le había prometido que llegarían a envejecer juntos, pero no había podido cumplir su promesa. Y aun ahora, después de casi tres años desde que ya no estaban juntos, ella seguía siéndolo todo para él. A pesar de la razón que lo carcomía, él no la olvidaría. No dejaría a su mente olvidarla. Y entonces vio esa misma mirada en otros ojos. Saboreó la misma dulzura en otros labios. Y se endulzó el oído con la misma melodía pero en otra voz. Sin embargo, no era su esposa. No, esa persona sólo era quién le miraba día y noche tras ese par de anteojos de marco negro, examinándolo y marchándose después. Permaneció en su memoria, aún cuando no se suponía que lo hiciera. *** REGLAS EN LA DESCRIPCIÓN DEL PERFIL Esta historia se encuentra registrada bajo el siguiente código de registro en SafeCreative Código de registro: 1608018518006 Fecha de registro: 01-ago-2016 20:04 UTC