Ella lo tenía todo.
El no tenía nada.
Aun así ella se sentía vacía.
Y sin tener nada el estaba lleno.
Con un golpe del destino sus vidas se cruzan,
cambiándolos a ambos para siempre.
Ella y él sufrían por amor, no por el mismo hombre. No de la misma forma. Pero lo hacían.
Y lo peor, es que quizá ninguno de los dos tuviera un final feliz.
O quizá... Sí.