Para Sean, un joven de 15 años, era todo un reto enviarle aquel mensaje por Instagram a Al, la chica que llevaba una cuenta dedicada a la lectura. Era buena, ayudaba a todos aquellos que lo necesitaban a pesar de que la cuenta no fuese hecha para eso. Ése fue el motivo principal que llevó a Sean a hablarle. Como muchos otros pensó que no obtendría respuesta, pero se llevó una grata sorpresa cuando en su móvil apareció la notificación que confirmaba que Al sabía de su existencia. Ambos desconocían que ese mensaje marcaría el principio de una alocada historia de amor.