Los sueños son increíbles, son capaces de cumplir deseos que no pueden suceder en la realidad, sin embargo al momento de despertar te das cuenta de que nada sucedió, que sólo está la humillante realidad, que llega como un balde de agua fría imposible de evitar, y eso... Eso lo estaba experimentando Mafumafu actualmente, con Soraru presente un sus sueños todo era un paraíso, hasta que llegaba el momento de despertar, venía lo malo, venía la depresión, las lágrimas, los recuerdos y especialmente la culpa. "Lo siento Soraru-san... Los papeles deberían cambiar" Es lo que el albino siempre lamentaba al despertar.