Lleva un ángel en su sonrisa y mil demonios en su cabeza. No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. El era dueño de si mismo, ella una niña insegura. Ella lo odiaba, el solo buscaba ocupar un lugar en su corazón pero lo que no sabia era que ya ocupaba un lugar en el desde la primera vez que sus miradas chocaron. Sus manos parecían ser hechas como piezas exactas para encajar una con otra.