"Eres una tonta", le dijo otra huerfana; "deja de hablar de tus padres. Ellos nunca vendrán por ti" "Tengo que ir a buscarlos" murmuró decidida. "Tengo que marcharme de aquí, huir..." Si, decidió, "Tengo que huir. ¿Cuándo? Ahora mismo". Así es la simpatica he indomable Annie; esa niña y esa mujercita convertida en heroína por millones de personas en el mundo entero, que han reido con sus ocurrencias, llorado con sus tribulaciones, esperado con sus ilusiones y gozado con sus triunfos.