Y ella solo esa noche estaba desecha, se puso los auriculares mientras sus papas le gritaban groseros insultos, pensó y solo recordó aquel chico de cabellos castaños con ojos profundamente misteriosos, ella se acosto en su cama, agarro su almohada y gritó en silencio, para si, ¡Basta! ¡Basta! ¡No lo soporto! ¡No aguanto!
Y lo decidió, esa noche iba a ser su última noche, iba a ser la ultima noche en la que sufriría, lloraría, la ultima en que viviría. Se levantó, salió de su habitación, y mientras sus padres le gritaban, ella solo los ignoró y salió a la puerta, salió a la calle, corrió y escuchó a sus padres en la puerta llamandola, pero no les importaba, tenía que despedirse de todos, como sea y donde sea solo debía decir "adios".
Liam era el chico popular con fama de malote que desde lejos parece no tener sentimientos, Natalie una chica de libros que va de aquí para allá con una sonrisa siempre pero cuando tiene que ser dura, lo es.
Natalie era todo lo contrario que Liam quería en una chica, pero ella ahora es la única que logra ver algo en el que los demás no pueden, pero aún así hay algo que no sabe de ella.
Eran la persona adecuada pero en el momento incorrecto.