Y ella solo esa noche estaba desecha, se puso los auriculares mientras sus papas le gritaban groseros insultos, pensó y solo recordó aquel chico de cabellos castaños con ojos profundamente misteriosos, ella se acosto en su cama, agarro su almohada y gritó en silencio, para si, ¡Basta! ¡Basta! ¡No lo soporto! ¡No aguanto! Y lo decidió, esa noche iba a ser su última noche, iba a ser la ultima noche en la que sufriría, lloraría, la ultima en que viviría. Se levantó, salió de su habitación, y mientras sus padres le gritaban, ella solo los ignoró y salió a la puerta, salió a la calle, corrió y escuchó a sus padres en la puerta llamandola, pero no les importaba, tenía que despedirse de todos, como sea y donde sea solo debía decir "adios".