Los recursos de Silvanna Diálore dependían de algo que estaba fuera de su alcance, el clima. El no poder haber escogido la vida que todos los campesinos de aquella pequeña ciudad española hubiesen querido, y el hecho de tener 17 años, con la angustia de perder la misma a la edad máxima de 21 años, pues el Rey de aquel país, Luke Hemmings, ordenaba que todos y cada uno de los campesinos de todo el territorio español fuera torturado y, posteriormente decapitado, ya que según el, a los veinte años de edad se vuelven inservibles e incapaces de trabajar. Silvanna disfrutaba mucho visitar diariamente la pequeña capilla central de su ciudad, pues desde su infancia, sus difuntos padres le inculcaron regímenes religiosos.Creative Commons (CC) Attribution
1 part