Antes de entrar en el hospital psiquiátrico empezaba a hablar solo, hablaba con persona que nunca existieron, ataques de pánico y nervios que terminaban en golpear la pared hasta que mis manos sangren. No sabia ya donde estaba yo, ella se fue, mi familia ya no me soportaba, mis amigos me creían un loco. Mi experiencia en esa clínica fue horrible, los enfermeros me trataban mal, los doctores me sometían a tratamientos de terapia antipsicotica tres veces a la semana, clorpromazina y haloperidol que son pastillas antipsicoticas cada 6 horas, me amarraban para que no me mueva durante horas por mis ataques de nervios. Sesiones de rehabilitación para ver si mejoraba con este trastorno que me torturaba día a día.