Con el nacimiento de los primeros humanos nacieron junto a ellos las criaturas más maravillosas, desde hadas y duendes hasta gigantes compartían el mundo con los humanos; pero con el crecimiento de las ciudades y la mitificación de estas criaturas sus poblaciones fueron desapareciendo hasta que un día las más maravillosas criaturas dejaron de existir... excepto aquellas criaturas indispensables para los humanos, aquellas capaces de crear amor.