Recuerdo que me dolía, la miraba y dolía, sus ojos estaban llenos de rabia, su mano se juntó con la de él, Y desapareció de mi vista, ¿En qué momento había pasado esto? ¿Cuándo me convertí en esto? ¿Cuándo deje que la única persona en este mundo que más quería me odiara? Las preguntas nunca cesaban y mi dolor nunca paraba, nunca debí permitir perderla, dejarla ir, convertirme en el monstruo que soy, un monstruo tan duro y fuerte por fuera pero tan débil Y con mucho dolor por dentro, un dolor que sólo podría terminar ella. Reuní todas mis fuerzas y valor para poder resistir la sangre de todas las personas a mi alrededor, escuchaba cada corazón latir, Y volvió la razón de porque no estoy con ella, de porque ella tiene que estar lejos de mí, es una grande tentación tenerla tan cerca, escuchando cada latir de su corazón, y el agradable olor de su sangre que me hacía agua la boca con tan sólo pensar en ella mi cuerpo se desesperaba, pero tenía que acostumbrarse a que nunca más probaría alguna gota de su prestigiosa sangre, prometí no hacerle daño y al hacerlo la aleje de mí. Soy un monstruo, Y eso nunca cambiará.
No crei que el amor me llegaría a los 24, mucho menos que era una niña de 17.
¿Problemas?
Uno: es menor.
Dos: es hija del pastor.
Tres: a mi hermano le gusta.
Cuatro: ¡es mi alumna!
Y cinco: es una chica...
Aunque lo último a mi no me importaba.
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En edición.
Finalizada.
Mi gato es el autor 🐱