Si hubieras sabido lo que pasaría luego...Tú no tenías la culpa, yo enloquecí. Ahora que no puedo hablarte cara a cara; mi única manera de explotar es contándolo todo. Me arrepiento tanto. Estaba por cerrar el café cuando entraste, llevabas una moña desordenada y la cabeza metida en un libro. Te disculpaste y me pediste un capuccino sin mirar en derredor. Era la cuarta vez que venías un minuto antes de cerrar, los cocineros se quejaban pero yo mismo te preparaba la taza; siempre me agradecías con una sonrisa en tu rostro... Hasta que derramé accidentalmente el capuccino en tu libro, me miraste furiosa y me lo arrojaste al pecho; te fuiste sin pagar, yo pagué por ti. pasaron semanas antes de verte de nuevo, pero no fue en el café. Lo siento mucho. -Dave.