Destrúyeme.

-¿A caso piensas que será diferente?
-Tengo la certeza de que lo será - mi pelo se empapaba de a poco. El agua caía por nuestras caras mientras sus ojos verdes miraban cada parte de mi rostro.
-Quizás estés equivocada pequeña.
-No me importa, me da igual equivocarme contigo ¿no lo entiendes?
-No soy bueno para ti.
-No puedes decidir qué es bueno para mi, no tienes derecho.
-Aléjate de mi Cassandra - apretó sus puños mientras el agua de la lluvia seguía empapando nuestros cuerpos.
-Me niego a alejarme de ti.
-No digas que no te avisé.