Cuando mis padres fallecieron en ese accidente, mi hermana y yo tuvimos que salir a trabajar para poder mantener a nuestra familia aun de pie. Nosotras somos el sostén que le queda a esta familia destrozada, ya que mis tíos, ninguno quiere hacerse cargo de nosotros. Ellos se lavaron las manos cuando supieron que mis padres fallecieron. La vida que nos toco es dura, pesada, dolorosa, pero tenemos que saber levantar la cabeza y mirar hacia delante, como nuestros padres nos enseñaron, siempre con el pie derecho. Ellos seguramente estarán orgullosos de nosotros