- La castaña se viene conmigo - abrazo a Rebeca y subo con el hombre al coche - muy bien guapa, antes de vender mercancia, tengo que probarla - el coche se pone en marcha - cuando lleguemos, te probaré - agarra uno de mis mechones y lo pasa por debajo de su nariz, oliéndolo - tengo tantas ganas - acaricia mi pierna suavemente, sube poco a poco su mano hasta mi entrepierna. - Disculpe, pero este no es lugar para hacer algo - me alejo un poco de él. - Tienes razón, mejor esperar - asiento.