Ella era la chica rara según los chicos de mi clase, ella una chica un tanto callada según los profesores, ella era la chica de los ojos tristes según papá. Pero en realidad nadie sabía nada de ella. Ella era la chica que gritaba desde las azoteas, ella era la chica que escribía poesía acerca de personas que no conocía, ella era la chica que bailaba a la madrugada sosteniendo la mano de otra chica triste. Ella se fue, a algún lugar perdido entre ese pequeño espacio que existe entre la felicidad y la tristeza. Y yo la sigo esperando, porque quiero que vuelva, necesito que vuelva.