A Oriana, Valentina, Michael y Julián los persigue la fama y el éxito.
Es sabido que se conocieron en un casting y crecieron entre pruebas y ensayos, juntos y llenos de sueños compartidos. Pero pocos están enterados de que en el escenario no siempre hubo espacio para todos. Entre ellos creció el miedo y, ocupando cada vez más lugar, logró separarlos. De un día al otro había aprendido a vestirse de rivalidad y cuando vieron al telón subirse, a las cámaras encenderse y a aquellos fuertes lazos afectivos convertirse en un simple contrato, todo cambió.
Lentamente habían adquirido práctica en la ciencia de la mentira y el exterminio de los sentimientos desconocidos. Creían reconocer perfectamente al odio y al rencor, pero nunca aprendieron a ver al amor o al requerimiento de responsabilidad. "Lo que no se conoce, no se siente". Con esa ley dejaron que la vida, el tiempo y el amor se les escapen.
Dicen que estarán mucho mejor cada uno por su lado, cuando en unos meses el final del contrato les permita separarse para siempre. Mientras tanto se dedican muchos "te quiero" de mentira frente al público, con la intención de ocultar lo que no pueden sentir. Sin intentar responderse cuál es la verdad.
Juliana y Valentina, tuvieron un inicio de relación con altibajos y obstáculos. Cinco años después vivieron un sueño, pero ahora todo había terminado sin esperanza de un nuevo comienzo.