El horno está encendido, con mi cuchillo trato de separar la piel de los músculos, pero esa puta era muy delgada con poca grasa, honestamente no creo que tenga un sabor exquisito, pero en estos tiempos tan difíciles me tengo que conformar, mis compradores no están dispuestos a pagar más por una buena carne de una aristócrata o alguna de buena vida, de esas que sus órganos saben a un buen vino, ahora se conforman con cualquier puta de mercado sin una pizca de sabor verdadero, claro son tiempos difíciles...